Sonreír en las fotos tiene truco. Lo acabo de leer en un post del co-fundador de Trucofoto.es. Y es que resulta que hay un estudio europeo, patrocinado por Nikon, que ha analizado qué expresión es la que provoca la sonrisa más efectiva delante de la cámara.
Un fotógrafo y un experto en lenguaje y dicción han medido concienzudamente si el efecto de nuestra queridísima “PA-TA-TA” es superior a la palabra o frase que utilizan en otros 26 países del continente para sonreír en la foto. Les adelanto que hemos quedado en un magnífico tercer lugar, superando a la expresión polaca “MARMOLADA” (mermelada) y al ZAAG EENS KASS, (di queso) holandés. Sólo nos ganan en este curioso ránking la “FAMIGLIA” italiana y, la mejor de todas, OUISTITI (monito) en francés. Nada se dice en este Top Five de nuestro recurrente “LU-IS”.
Pero, qué quieren que les diga. A veces hay que recurrir a pequeños truquillos para conseguir el efecto deseado. Aunque todo sea mentira. Y como muestra, el mítico wondrebra, la faja de antaño, unos contundentes tacones femeninos o las discretas alzas que algunos hombres, como Sarkozy o Tom Cruise, utilizan a escondidas para parecer más altos. Si es que al final, somos pura fachada…
Pero, volviendo a las sonrisas, me pregunto porqué hará falta expresar una u otra palabra para parecer que sonreímos más y mejor. Y creo que es porque en realidad en ese momento y, sin darnos apenas cuenta, jugamos a cumplir con esa convención. Y cuando uno juega -es inevitable- se le ríe el alma.
Sonrisas hay de muchos tipos. De verticales a etruscas. Desde la de un niño a la de la Mona Lisa. Medias sonrisas y otras que acaban en risas. Sonrisas Danone, sonrisas brindadas, seductoras, abiertas, falsas, despectivas, cómplices, pícaras, enigmáticas, de bienvenida, incómodas…
En estos tiempos que corren, es cierto que a veces cuesta sonreír. Pero parece ser que para fruncir el ceño hay que activar 40 músculos, mientras que para sonreír sólo hacen falta 15. Ya lo dijo Shakespeare: “Es más fácil obtener lo que se desea con una sonrisa que con la punta de la espada”. Así que, curvemos bien nuestros labios, a ver si así conseguimos enderezar un poco el mundo.